voy a contarte un poco mi vida
Me llamo Agripina y si no me conoces de nada, te sorprenderá que una persona joven-no-abuela se llame así.
Bueno, abuela soy un rato, pero en verdad estoy en mis 30. En mis 32, más concretamente.
Muy conectada con mi abuela interior y mi niña interior, porque a mí lo que me gusta es contemplar la vida, por lo que soy odiante activa del “adulto tipo”
Cuando era pequeña y jugaba con los demás niños en la calle, mentía sobre mi nombre. Fui María, Bea, Cristina y todas la identidades comunes de la década de los 90 que no levantaban ni sospechas ni sorpresas.
Cuando dejé de ser pequeña, empecé a elegir cuándo mentir.
Ahora solo miento si reservo mesa en un restaurante por teléfono. O si en una llamada de publicidad me dicen “¿me puede decir su nombre para dirigirme a usted?”
Con el tiempo me acostumbré a las bromas, a las caras raras y a repetir mi nombre 2 o 3 veces antes de que la otra persona lo integrase en su cerebro.
Eso me ha hecho aprender 3 cosas.
- Ser normal es aburrido y debemos potenciar aquellas cosas que nos hacen especiales. Ahora uso mi nombre a mi favor. Si te llamas María y eres coach, lo siento.
- Lo segundo es que dejar de esconder aquello por lo que te señalan, es el primer paso para crear una marca personal que venda. Si pretendes ser, estar y hablar como los demás, jamás venderás nada. Diferenciación, lo llaman.
- Lo tercero, es que un 1% de la población tiene cultura histórica y saben que Agripina fue un personaje histórico-curioso. Cuando alguien hace una referencia histórica, automáticamente esa persona me cae bien. Aunque hipócritamente, si no me llamara así, no creo que yo la conociese.
Bueno, a lo que voy.
Que si tu pretensión es ser diferente y encontrar un mensaje que te haga única, solo tienes que dejarme aquí tu nombre. Si eres María y eres coach, también puedes. Ya buscaremos una estrategia diferenciadora para ti.
yo sigo contándote mi vida
A los 6 años me apunté a kárate. Me apunté a kárate porque lo vi en la tele y yo también quería llevar kimono y cinturón y moverme así.
Esto no es relevante en lo que a marketing se refiere. O sí, porque ya tenía referentes. Y un buen lunes de 1998 fueron unos karatekas que aparecieron en televisión. Así que estuve 5 años siendo la única chica de mi clase y luchando con todos los chicos de mi clase.
Soy cinturón verde aunque por aquel entonces no era mi color favorito. Ni mi color de marca. De kárate no me acuerdo mucho, pero siempre mola decir “yo soy cinturón verde” aunque no seas nada en realidad.
Después de esos 5 años, decidí rendirme a la vida y pasarme a ballet.
Mi energía femenina gritaba auxilio.
Soy la pequeña de 2 hermanos increíbles. En mi mundo de hombres crecí fuerte, llena de heridas, despeinada y con las rodillas sucias.
Siempre tuve perro. Hubo una época que me creí perro. Menos mal que no me tocó en este siglo. Si no…la sociedad lo hubiera aceptado y en vez de ser una empresaria de put* madre a lo mejor ahora estaría loca jajajaja
Bueno que me voy de tema.
Sigo con datos importantes de mi vida.
Mi padre murió cuando yo tenía 15 años. Fue uno de los momentos más tristes de mi vida. A él le debo mi confianza, mi autoestima y la fortaleza inquebrantable de creer en mí. Esto suena muy cliché, lo sé, pero está justificado.
Una vez quiso llevarme al casting de Eurojunior y yo no sé cantar jajaja. Pero para él yo cantaba increíble. Para él, yo era la mejor.
Y claro, yo me lo creía todo. Y por eso, me creí siempre la mejor.
Esto me ha servido para tener una actitud ejemplar frente a la vida.
“Si no sabes hacer algo, invéntatelo”
Defiendo que esta premisa, me hizo sacar más nota de la que yo merecía en muchos exámenes.
Creo que en la vida también me ha funcionado.
Y es que como dice Alex Rovira, en la vida no tienes lo que mereces. Tienes lo que eres capaz de negociar.
La seguridad genera autoridad de forma automática.
Así que no te creas a los que te dicen que la autoridad es un método de 10 pasos.
Para construir autoridad, empieza por construir tu personalidad. Y por confiar en ti.
Después preocúpate de no ser un fraude. Que la personalidad que construyas sea de verdad. Si eres de verdad, la vida te va a ir bien.
Si esto te resuena, te dejo aquí la cajita del mail otra vez.
Para conocernos mejor y escribirnos de vez en cuando, ya sabes.
No te voy a ayudar a convertirte en referente de mercado en 7 días. Primero empieza por convertirte en la referente de tu casa.
Lo importante es empezar.
con la época divertida
Con 17 años me fui a Madrid a estudiar periodismo.
Spoiler: nunca terminé la carrera.
Spoiler-no-spoiler: no solía entrar mucho en clase. Era más de guitarrita, café y partida de cartas en el césped.
No duró mucho el estar a la bartola durante mi vida universitaria.
Era pobre. Así que tenía que ponerme a trabajar.
He sido de todo y me ha pasado de todo. Lo voy a enumerar para no olvidarme de ninguna hazaña.
1. A los 23 fui croupier online, me he llamado Valentina (en la ruleta no podíamos ponernos nuestro nombre real), y bueno, de forma indirecta, mi sueño de la infancia de ocultar mi verdadera identidad se había cumplido.
2. A los 25 fui reportera en un canal de deportes. Una vez me llevaron a Nueva York y tuve que entrevistar a un luchador famoso en una conferencia de prensa. El luchador me llamo “sweet potato” delante de todos los periodistas y fui portada de la prensa norteamericana. Esto tampoco tiene que ver con el Marketing, bueno, o sí. Porque menuda estrategia de visibilidad no buscada para la empresa en la que trabajaba.
3. Una vez me estafó el pequeño Nicolás. (Todavía tenía 23. De hecho, el casino me había llevado a Bruselas y estaba viviendo allí) Antes de que te preguntes cómo fue, te diré que esto siempre lo relaciono con un aprendizaje de negocio. Pero primero te pongo en contexto.
Fui becaria en Telecinco. En una productora en la que todo el mundo me caía mal. Pero bueno eso es otro tema jajaja, y ahora que lo pienso, quizás la historia es demasiado larga.
Así que si me dejas tu mail aquí te lo cuento en el primer mail.
4. Mientras todas estas movidas pasaban, yo ya creaba contenido. Tenía un blog donde escribía. Con millones de visitas en 2010. No monetizadas porque yo escribía por escribir y para que me leyese el chico que me gustaba. Era feliz. Pobre. Pero feliz. Yo ya subía contenido a Instagram, tenía seguidores en twitter y la gente leía mi blog. ¿Podemos decir que en 2010 yo ya tenía una marca personal? Pues sí. Por qué no.
5. A los 24 gané un concurso de creación de contenido de una marca muy conocida de helados y me llevaron a los ángeles. Allí conocí a Shadi. Y nos enamoramos. (Bueno, no nos enamoramos allí, pero es que esta historia es digna de webinar la verdad.)
6. A los 26 publiqué mi primer libro de poesía.
7. A los 27, el segundo.
8. También me fui a vivir a Australia con Shadi. Y ahí, sí que sí, me contrataron como Marketing Manager de una agencia. Yo, Marketing Manager. Mi jefa era una seguidora. Para que luego digan que las marcas personales no son importantes.
9. En Australia acabé llevando redes sociales de medio barrio. Bueno, con decirte que fui Au Pair (por la experiencia) y la madre de la niña que cuidaba era una veterinaria súper famosa que salía en la tele australiana. Adivinad quién llevaba las redes de la madre y del perro influencer. Sí. Yo.
10. Al volver de Australia viajé. Bali, Vietnam y vuelta a España.
11. A los 28 me presenté a un casting en el que buscaban una reportera para un programa de viajes de La Sexta. Era imprescindible tener conocimientos digitales, porque también me encargaría de la estrategia. Sí, me cogieron y viajé por todo el mundo. Fue un puto sueño eso. Lloraba en todos los aviones de vuelta pensando en lo surrealista y lo feliz que era.
12. Vino el Covid.
Aquí empieza lo que os interesa. Bueno, imagino que si has leído hasta aquí es porque lo anterior también te interesaba. Pero ahora viene lo marketiniano.
Voy a dejar de enumerar cosas, porque se me está haciendo muy larga la lista.
Y voy a dejar otro pequeño formulario de registro por aquí, por si te he ganado ya y quieres estar en mi lista. Y por si se te había olvidado que si no te registras no te cuento lo del pequeño nicolás.
No vale registrarse, leer lo del pequeño Nicolás y darse de baja eh, que nos conocemos.
que vienen los dineros
Bueno, seguimos.
La cuestión es que cuando el COVID yo fui súper feliz.
Esto no viene al caso, pero así me conoces un poco mejor.
Soy la persona más casera del mundo. Después de meses viajando, yo lo único que quería era estar en pijama y dormir. Así que ya sabéis lo que hice en el confinamiento.
Eso, y ver the office. Que si no la has visto, te la recomiendo.
(Foto de mi oficina con los 3 fundos).
Bueno y cocinar cosas ricas, darme baños relajantes, leer, pintar y…aquí viene lo importante, decidir qué hacer con mi vida.
Porque claro…el covid se había llevado “el proyecto de mis sueños”, y aunque verme por las mañanas en La Sexta fue lo más emocionante de mi vida.
(La Agri-becaria que odiaba a la gente de la tele, cumplió su sueño y encima amo a su equipo de trabajo. Así que pude reconciliarme con ese mundo y cumplir otro de mis sueños.)
Joder qué bonita es la vida cuando cumples sueños.
Bueno, a partir de aquí podría contarte muchas más cosas. Pero te lo voy a resumir.
En 3 años he construido un negocio de 6 cifras. Uy agri, 6 cifras no digas esas cosas que dice todo el mundo.
A ver.
Hice un primer lanzamiento y vendí 10 plazas a 497. Facturé 4970 euros.
Hice un segundo lanzamiento y vendí 20 plazas a 497. Facturé 9940 euros.
Hice un tercer lanzamiento en el cual mi abuelo me prestó 2000 euros para ADS. (Adjunto whatsapp)
Vendí 40 plazas a 697 euros. Facturé 27.880 euros.
Paréntesis.
Después de este lanzamiento, decidí darme la baja maternal perruna. Vino Brisa. Ese lanzamiento se lo dedico a ella (porque lo hice por ella jajaja. Esto es muy friki, pero así soy yo)
Hicimos un cuarto lanzamiento. Shadi fue al banco a pedir un préstamo de 10 mil euros. Yo cagada de miedo.
(Si te estás preguntando por qué no reinvertíamos lo que ganábamos en publi, era porque no llegaba al lanzamiento. Facturar no es ganar. Facturar es generar. Luego había que pagar mil cosas. Y después entregar el curso y montar nuevo lanzamiento.)
Lo de las rentabilidades no se nos daba especialmente bien todavía. Ni el tema Hacienda, fiscalidades y esas movidas. Mi mentalidad por cuenta ajena estaba flipando.
Y por otro lado no menos importante, acababa agotadísima después de cada edición de mi programa. Yo quería emprender para no tener jefe. Pero ahora si tenía 40 clientas, sentía que tenía 40 jefas. Qué mala gestión, Agri. Emprendedora de pacotilla jajaja
con la época divertida
Bueno, que sigo.
Hicimos un cuarto lanzamiento. Shadi fue al banco a pedir un préstamo de 10 mil euros para meter en ADS. Yo cagada de miedo. Él confiando en mí como si nada pasara.
¿De verdad todos los hombres de mi vida han decidido confiar en mí sin preguntarme? jajaja
Vendimos 104 plazas a 697 euros. Facturamos 72.488 euros.
Aquí casi me da un ictus. Fue la entrega más dura de mi vida.
Fue horrible.
Burnout.
Estrés.
Luz, fuego, destrucción. El muuuundo puede ser una ruina…
(Si te registras te lo cuento en unos días)
Entre tanto lanzamiento, decidí hacer una membresía.
Empecé a tener una recurrencia de 3000/4000 euros al mes de forma muy sencilla y manteniendo a esa comunidad que tanto quería.
Amo las membresías.
Hice más y más lanzamientos.
Facturaciones maravillosas.
Pero hay algo que no te cuentan. Y es que facturar también pesa. Entregar también te apaga.
Y yo necesité parar.
sí, sí, mucho dinerito, pero llevaba 2 años encerrada en casa trabajando. Hola qué tal, quién soy, a dónde voy, de dónde vengo jajaja
En ese parón quise reestructurar. Volver a crear. Reconectar con el negocio.
En 2023, Shadi y yo decidimos unir nuestras fuerzas.
Y menos mal, porque a mí me quedaban ya muy poquitas.
Pero en esa unión, nació Expedición de Marca, la escuela más bonita de todo internet (y punto)
Así nació
Brújula
Delta
y todo lo que vendría después
Estuvimos trabajando varios meses sin descanso para hacer el lanzamiento de nuestro programa más INCREÍBLE.
El lanzamiento de DELTA.
Facturamos 300k en 5 días.
Así que sí, puedo decir que yo he facturado 6 cifras en 5 días. Y obviamente yo no lo prometo a mis clientes.
Porque sé que no todo el mundo puede hacerlo de este modo. Porque no todo el mundo parte su expedición desde el mismo lugar.
Porque cada uno lleva un calzado, un ritmo y una ruta.
Pero puedo ayudarte a otras cosas mucho mejores.
A que aprendas a venderte primero. A comunicar. A posicionarte. Y de verdad.
Por eso hoy, tengo un equipo maravilloso a mi lado.
Somos 7 personas en el equipo.
Shadi es mi hemisferio derecho del cerebro. La estructura, la visión empresarial, el sharkshadi (como le dicen las alumnas)
Yo soy la creatividad, la estrategia, la fantasía.
Hoy entregar ya no duele. Entregar es maravilloso.
Hoy facturar es fácil. Sabemos hacer dinero.
Hoy ya no soy pobre. Y sigo siendo feliz.
Y sin embargo, hasta el casino, el luchador baboso, el pequeño Nicolás y repartir Flyers por 5 euros la hora…todo, absolutamente todo, ha valido la pena.
Si has llegado hasta aqui y no te has registrado, no te entiendo. Pero eh, no pasa nada. En esta vida no estamos para entender a todo el mundo.
A día de hoy, ya he entendido qué es tener una empresa.
Tengo una marca posicionada, un negocio que factura 1 millón al año. Tenemos 3 empresas con diferentes actividades empresariales. Y amigos, esto ha ocurrido en 5 años.
Es verdad que he perdido amigos, he sacrificado planes y he trabajado más que nunca en mi vida.
Pero te diré algo.
Todo
Todo
TODO
ha merecido la pena.
Y esto amigos, es emprender.
Despega tu negocio en Instagram en 12 semanas
Despega tu negocio en Instagram en 8 semanas
tengo un regalo para ti...
en realidad no tengo una guia de 100 ganchos virales, porque eso es una gilipollez, tengo para ti algo mucho mejor…
recibe mis movidas por mail, lo que no cuento en ningún otro sitio. Mis éxitos, mis CPL, mis facturaciones, mis historias. Siempre mis historias. Para hacerte a ti mejor empresaria, más coherente y más feliz.